martes, 17 de mayo de 2011

Campo


Aquel amanecer tan bello, tan inexplicable, tan lleno de vida, seguí el camino que me esperaba, que me decia: "es tu destino" y que debia seguir por él, de repente a mis sentidos llega  el olor a  jacintos ese olor que dictaminaba la dulzura que existe en aquel lugar. Sin titubear, corrí hacia la nada, esperando llegar a aquel lugar donde existia tal frangancia que nadie puede resistirse a degustar; pensando que era absurdo que una persona como yo llegase a alegrarse con tan solo saber que algo tan hermoso y fragante existia.

Vi un campo lleno de jacintos, tan grande, que me quede estupefacto, era como un valle lleno de flores de distintos colores, en medio de él habia un pozo; la intriga era suficiente que caminé hacia él, como si me llamara, como si mis pensamientos motivaran a mi cuerpo a seguir ahi por tiempo interminable.


A pasos lentos llegué al pozo y empecé a escuchar un sonido de violin como si escuchase una melodia de los dioses. Me quede atonito con el paisaje y la música; en aquel momento para mi todo era atemporal, infinito; cautivado por todo lo que pasaba, mis pensamientos viajaban mas allá de la imaginación misma. De repente el sonido hermoso del violin se calló, aquel momento tan magnifico habia desaparecido, me di cuenta que ya habia anochecido.

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